El eclipse simula una puesta de sol rápida y localizada y desencadena una serie de condiciones que permitirán explorar las complejidades de la ionósfera.
El eclipse solar ocurrirá este 8 de abril .
El 8 de abril de 2024, el cielo se oscurecerá por un momento en un evento astronómico que cautivará a la Tierra: un eclipse total de Sol. Durante el fenómeno, la NASA aprovechará para lanzar tres cohetes sonda en una misión para estudiar cómo la atmósfera superior de nuestro planeta se ve afectada por la atenuación temporal de la luz solar.
La misión, bautizada como Perturbaciones Atmosféricas alrededor del Camino del Eclipse (APEP por la sigla en inglés), tiene como objetivo principal comprender el comportamiento de la ionosfera.
Los cohetes sonda APEP, ya probados con éxito durante el eclipse anular de Sol de octubre de 2023, se lanzarán en tres momentos estratégicos: 45 minutos antes del evento, durante el eclipse y 45 minutos después. Estos intervalos permitirán a los científicos recopilar datos precisos sobre cómo la repentina desaparición del Sol altera la ionosfera, creando perturbaciones que pueden interferir en las comunicaciones.
La ionosfera es el conjunto de capas de la atmósfera que están por encima de los 80 kilómetros. Se llama así porque presenta fuerte ionización causada por la radiación solar y afectan de modo importante a la propagación de las ondas radioeléctricas.
La agencia espacial lanzará tres cohetes sonda a la superficie de la Tierra .
Al consistir en una capa electrificada, juega un papel crucial en la reflexión y refracción de las señales de radio, impactando directamente en las comunicaciones que utilizamos a diario, desde las llamadas telefónicas hasta la navegación por satélite.
Su estudio es de gran importancia en un mundo cada vez más dependiente de las telecomunicaciones. Comprender sus dinámicas y desarrollar modelos predictivos de sus perturbaciones es fundamental para garantizar el funcionamiento sin interrupciones de las redes de comunicación que sostienen nuestra sociedad moderna.
El eclipse simula una puesta de sol rápida y localizada en la atmósfera, y desencadena una serie de condiciones que permitirán a la NASA explorar las complejidades de la ionosfera.
Los desafíos de la misión durante el eclipse
El estudio de la ionosfera durante un eclipse solar con satélites tradicionales presenta dificultades. Estos satélites no siempre se encuentran en la posición o el momento adecuado para interceptar la trayectoria del eclipse.
Por eso, a la NASA se le ocurrió una solución. La misión APEP es una iniciativa innovadora que utilizará cohetes sonda dirigidos que alcanzan la altura necesaria y se sincronizan con el eclipse para recolectar los datos necesarios en el momento justo.